miércoles, 16 de diciembre de 2009

Saharauis Tinduf




La huelga de hambre de Aminetu Haidar alteró la vida de los 150.000 saharauis refugiados en los campamentos africanos de Tinduf: eufóricos cuando se anunció el regreso de la activista a El Aaiún y encolerizados cuando no pudo hacerlo. Pegados a la radio y a la televisión, reunidos en comités y plantones callejeros los habitantes del desierto siguen minuto a minuto una crisis "en la que España ha sido cómplice de Marruecos", según la denuncia de Abdelkader Taleb Omar, primer ministro de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y secretario general del Frente Polisario. "Y el caso es que España sola puede poner de rodillas a Marruecos, no al revés", agrega en entrevista telefónica.

"Los marroquíes están chantajeando a España", afirma el primer ministro de la autoproclamada RASD
Situados en el suroeste de Argelia, los cuatro campamentos son la sede de un gobierno en el exilio permanente alzado contra el aislamiento político y el sometimiento a Marruecos. Las temperaturas y precipitaciones son allí extremas y castigan a una población con una economía casi de subsistencia. Hace tres años, lluvias torrenciales arrasaron una agrupación de casas de adobe y miles de personas quedaron a la intemperie.
"Ahora, con la situación de Aminetu Haidar, estamos atravesando un periodo de angustia, un dolor que no hemos vivido, ni siquiera en los momentos de guerra y exilio", subraya Fatma El-Medhi, presidenta de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis.
El exilio y la RASD, entidad creada por el Frente Polisario, son realidades desde febrero de 1976, en que España abandonó sus territorios en el Sáhara Occidental en manos de Marruecos y Mauritania, ignorando las directrices de descolonización de la ONU. Los saharauis llevan más de 30 años reclamando su independencia y 15 a la espera de la celebración de un referéndum que no acaba de convocarse.

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